Recuerdo exactamente el día en que encontré la piedra escondida debajo de un montón de lamilla en la playa. Estaba cubierta de una capa oscura, algo viscosa que me llevé a la nariz como si fuera el mar entero en el hueco de mi mano. Y yo tuve la culpa de rasparla hasta sacarle brillo. Enseguida se hizo una reunión en la escuela para instalar el motor de la luz eléctrica. Yo no sabía lo que podía provocar la piedra así es que la andaba trayendo en el bolsillo mi delantal y cuando estaba sola, me gustaba sacarla y pasarle un paño hasta que despedía unos destellos luminosos. Así, cada vez fue llegando el retén de carabineros, la lancha grande del maestro Ciro, la ampliación de la escuela. Cuando me di cuenta de los poderes de la piedra, mis vestidos me quedaban chicos, casi toda la gente andaba con zapatos y muchos jóvenes se habían ido para siempre de la isla. Entonces, tomé el ágata maravillosa -ojitos de gato- y la envolví en un trapo negro, después la metí debajo de una tabla suelta del piso, pero ya era tarde. Su efecto se había desatado y, por inercia, la velocidad del tiempo ya no paró más.
de Polvo de huesos,Santiago: Ediciones Tacitas, 2012.
de Polvo de huesos,Santiago: Ediciones Tacitas, 2012.
***
No se crían hijos para verlos morir
Cuando el mar se llevó a sus tres hijos
ella estaba acodada en la puerta de
su casa, pensando en ollas aladas y repletas.
De pronto cayó en un vacío del que surgió
vieja y encorvada. No necesitó entrar para
vestirse de negro. Ya estaba recogiendo flores
cuando salió su hombre con la radio en la
mano, desamparado y tembloroso.
Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.
La ansiedad es un arrecife
donde acerados corales hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los salados restos.
de Hijos. Valdivia : El Kultrún, 1991.
Rosabetty Muñoz (Ancud, Chile, 1960)
Poeta y profesora de filosofía chilena.
Algunas de sus obras:
Canto de una oveja del rebaño, El Kultrún, Valdivia, 1981 (2ª ed.: Ariel, Santiago, 1994)
En lugar de morir, editorial Cambio, 1987
Hijos, El Kultrún, Valdivia, 1991
Baile de señoritas, El Kultrún, Valdivia, 1994
La santa, historia de una su elevación, LOM, Santiago, 1998;
Sombras en El Rosselot, LOM, Santiago, 2002;
En nombre de ninguna, El Kultrún, Valdivia, 2008
Polvo de huesos, antología elaborada por Kurt Folch; Ediciones Tácitas, Santiago, 2012
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